Batrachophrenoboocosmomachia

Que el Practicus esté sentado ante una simple tabla cuadrada, que de vez en cuando su chela arroje un número desconocido de objetos pequeños y parecidos sobre la tabla, y que ese mismo chela los recoja rápidamente.

Que el Practicus declare con un vistazo, y que el chela lo confirme contándolos, el número de tales objetos.

La práctica debe realizarse tres veces al día durante un cuarto de hora. El número máximo de objetos debe ser al principio siete. Este máximo debe incrementarse en uno más por cada práctica, siempre que el Practicus no cometa ni un solo error al estimar el número arrojado.

Esta práctica debe continuar de forma asidua durante al menos un año.

Es previsible que la rapidez del chela en recoger los objetos se incremente con el tiempo. Tras un tiempo no será necesario que la práctica se limite a un cuarto de hora tres veces diarias, sino que se podrá incrementar a discreción. Debe tenerse cuidado en detectar los primeros síntomas de fatiga, y detenerse, si es posible, antes incluso de que se manifiesten. El psicólogo experimentado aprende a reconocer incluso las mínimas vacilaciones que indican que se está forzando la atención.

Sentado al aire libre, que se esfuerce en crear una imagen mental completa de sí mismo y de sus alrededores inmediatos. Es importante que él esté en el centro de esa imagen, y capaz de mirar libremente en todas direcciones. La imagen terminada debe ser una total consciencia del todo, fijo, claro y definido.

Que gradualmente vaya añadiendo a esta imagen objetos cada vez más distantes, hasta que tenga una imagen de todo el campo de visión.

Mientras lo hace, descubrirá probablemente que es muy difícil incrementar el tamaño aparente de la imagen y deberá poner su mayor esfuerzo en ello. Debe procurar en especial apreciar las distancias, casi al punto de rebatir las leyes de la perspectiva.

Que el Practicus cree una imagen mental de la Tierra, procurando en especial ser consciente del tamaño de la Tierra en relación a él mismo, y que no esté satisfecho hasta que, a fuerza de perseverancia, lo logre hacer bien.

Que añada la luna, teniendo en mente con claridad los tamaños relativos y la distancia entre el planeta y su satélite.

Se dará cuenta probablemente de la trampa final de la mente es la constante desaparición de la imagen, y su reaparición a una escala menor. Esta trampa será superada con constancia y esfuerzo.

Después añadirá de uno en uno Venus, Marte, Mercurio y el Sol.

Puede permitirse en este estadio cambiar el punto de vista al centro del Sol. Hacerlo así puede añadir estabilidad a la concepción.

El Practicus puede añadir después los Asteroides, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Es necesaria aquí la máxima atención al detalle, porque la imagen es altamente compleja, además de la dificultad de apreciar el tamaño relativo y la distancia.

Que esta imagen sea practicada mes tras mes hasta que sea absolutamente perfecta. Puede manifestarse la tendencia a pasar al Dhyana y al Samadhi, pero debe combatirse totalmente con toda la fuerza de la mente.

Que el Practicus entonces recomience la imagen, comenzando por el Sol y añadiendo uno a uno los planetas, cada uno con su propio movimiento, hasta que tenga una imagen perfecta en todos los sentidos del Sistema Solar tal como realmente existe. Que sea consciente especialmente de que si el tamaño aparente no se aproxima al real, habrá desperdiciado la práctica. Que añada después un cometa a la imagen. Podrá darse cuenta quizás de que la senda del cometa puede ayudarle a expandir la esfera de su visión mental hasta que incluya una estrella.

Y entonces, recogiendo una estrella tras otra, que su contemplación se vuelva vasta como el cielo, tanto en el espacio como en el tiempo, siempre aspirando a percibir el Cuerpo de Nuit; sí, el Cuerpo de Nuit.